lunes, 14 de junio de 2010

PARÁBOLA DEL SUICIDA / EPÍLOGO DE ESPERANZA (VI)

¡Daño en el alma!
¡Rasgad las vestiduras!
¡Esquilas sonad!
¡Llamad para el Gran Juicio
de la quema de herejes! Que aquí
respira un brujo que quiere
con su voz rasgar las tumbas
               abrir las heridas
               y quebrar los mármoles.
Se dice prisionero
y llama al Hombre.
        Se dice músico de la Justicia.
        Fabulista de la Anarquía.
        ¿No te das cuenta de que nadie
                                             nadie
oye la golondrina que hurga sus conciencias?
¿No ves que tenemos al Hombre
perfecta y socialmente ordenado?
¿Qué ofreces tú?
               ¿Pan?
               ¿Agua?
               ¿Amor o estrellas?
¿Qué ofreces tú?
        Nosotros tenemos contento al Hombre
con el supremo orden del dinero
                                      lujo
                                      licor
                                      comodidad
                                      de no pensar
                                      en lo que ignora.
Nosotros todo lo vendemos.
Pata ti todo está perdido.
El ventral punto
de la escritura
es ya un dique
que separa las ideas
por colores.
El Hombre está ya
               inútil de gritar.
Es un ciudadano
               prensado por colores.
                       El Amor está
matemáticamente pensado
                              es cuadrícula
                              violación silenciosa
                              de cadera por altura.
El Hombre es una ficha de colores
con brazos que creen
agitar unas manos libres.
El Hombre es un hilo sonriente
de nuestra máquina dentada
               que lo cose
               que lo remienda
               que lo desmadeja.
Las letras y las claves musicales
se agrupan por colores.
        Todo está vendido.
                              La libertad
es un florido laberinto.
                              La política
un comercio de justicia e ideales.
Todos tienen su color —rojo o azul—
para creerse libres.
                              ¿Desesperas?
ЖЖЖЖЖЖЖЖЖЖ
¡Libre! ¡Libre y engañado!
Bien llena la panza. Inútil la cabeza
y bien cubierto de oro y maldiciones
llovidas de un dios castigador.
Siempre con el hacha vengadora
dispuesta sobre su cabeza.
Libre pero inconsciente. Bien dispuesto
al ataque último
                       de la perfecta técnica
                       de la perfecta guerra
                              de categorías
                       de la perfecta destrucción.
        Tenéis al Hombre bien encadenado
a vuestros esquemas de orden y concierto.
Bien uniformado por vuestros bien uniformados
y valerosos generales que mantienen
un orden social vendido con la sangre
y pagado con cadáveres cronometrados.
        Mas yo os advierto. Os amenazo
con otro Hombre que nace del agua contra ellos.
El Hombre de la Verdad. El Iluminado.
El Perseguido. El Loco. El Encarcelado
por reírse de vuestros fusiles locos.
El único soberano
de sus actos
de sus sentimientos
de su belleza.
El único soberano
de su amor
y de su odio.
El Hombre de la lucha.
El Hombre y pico
frente a vuestro hombre y pala.
El Hombre que con su palabra
arrasará vuestros templos de Mentira.
El que hará temblar a los verdugos
y derribará el patíbulo con su anárquica
ilusión de construir un Hombre nuevo.
El Hombre que se gestiona a sí mismo
para no acabar congestionado.
El Hombre feliz que no tiene camisa y ama
al Hombre que desea vivir en Libertad.
Y yo os advierto. Os amenazo
co un Hombre solitario que yace
entre los versos. Un licor viscoso
que anega vuestras gargantas y empaña
el más profundo tuétano.
Un Hombre que yace donde pululan las palabras
de la anarquía poética. Nada más que un Hombre
en el que no entra
la cultura trucada y alienante
la técnica apátrida que desborda
y obstruye inútilmente los sentidos.
        El Hombre que yace con la Humanidad
y sus agobios de aniquilamiento.
El Hombre que respira amenazado
por el ser o el no ser
esclavo o libre
carne o hierro.
El Hombre del Amor y la caricia.
El Hombre que levanta entre sus manos
un dalle que corta y besa.
El Hombre que levanta entre los puños
un grito de Libertad.
Es el Hombre-Dios
El Hombre-Independiente
El Hombre-Cristo
El Hombre-Pueblo
que escupe su dolor en vuestros ojos.
ЖЖЖЖЖЖЖЖЖЖ

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